jueves, 29 de abril de 2010

Mea Culpa


Puede parecer de primeras la queja de un niño, un lamento al que todos se habrán acostumbrado… pero debo de decir que me siento bastante abandonado. Que a esta vida le falta algo, una pizca de cierto aliño… de eso que la gente llama amor o amistad, la verdad yo no tengo de eso. Solo me piden dinero cuándo andan con el bolsillo tieso o en momentos en los que tengan alguna necesidad. Voy a los locales solo, voy a los conciertos solo y en los momentos de la verdad la gente que me rodea nada me suele aportar. Que difícil se me hace tener a mis verdaderos amigos tan lejos, en Alicante, en Barcelona… todo menos en Madrid, haciéndome ver que la esperanza me abandona y me dan ganas de arrancarme el pellejo. Logrando que me pregunte si de veras tengo amigos… los tengo? Mantengo la idea de que solo son conocidos, los cuales me hablan de vez en cuando pero no tienen ni idea de lo que ronda por mi mente (tan demente). Es la vida dura o simplemente es una vana ilusión de mi cabeza? De ser así (una maldita ilusión), cómo podría acabar con esta desazón? Debería acaso volver a ahogar mis pensamientos en alguna droga como el hachís? O quizá necesite algo más potente, coca, caballo o speed? Y es que tengo la necesidad de que merezco ser castigado, que en algo de esta vida… que alguna meta he fallado.

Ahora mi cascarón vacío baila al son de la música que tanto me gusta, pero no obstante no cambia nada… solo una distracción temporal que hace abandonar con cada nota musical esta amarga sensación, solo un pasatiempo que a pesar de que me guste no hace mejorar personal ni psicológicamente. Y cuándo acaba la sesión, en el bus de vuelta a casa me atacan de repente estos putos pensamientos al ver a las parejas, felices y contentos… a ese grupo de amigos que comparten aquellos momentos. Haciéndome sentir que estoy solo, abandonado cual muñeco de trapo roto y mi conciencia empieza con ese maldito alboroto: “mírales, nunca vas a tener esos momentos. Disfrútalo como mero espectador, nunca participaras en algo igual”, pensando en una singular canción: pictures of betrayal (nosferatu) y gritando en una lucha sin igual a mi cabeza “estoy vivo! ESTOY VIVO!” en un vano intento de luchar contra la pesadumbre aunque sea algo fingido.

Estoy perdiendo esta puta guerra, la cordura y lo que solía ser antes. Mi puto caparazón que antes era tan duro cual diamante ahora se desmorona para dejarme al desnudo contra esta tempestad. Me considero un vulgar residuo cuando antes al menos me creía ser una especie de olvidada majestad… miro mi reflejo en el cristal de la ventanilla y no puedo contener las ganas de intentarlo romper, de hacerlo desaparecer al pensar: “en qué coño me he convertido?”. Y si juntamos el hecho de cómo me suele mirar la gente la cosa se agrava, me siento un bicho raro y ellos me miran como tal. Como algo a lo que temer o algo que les procesa asco, no les culpo por sus prejuicios, si me conocieran sentirían más asco aún. No culpo al mundo, prefiero culparme a mí mismo por tener ese asqueroso mecanismo que me impide socializar, por quedarme mudo con un nudo al tratar de pensar: “qué coño podría contarle? Señor/a, no me mire así… soy una persona de lo más… normal (?)” Pero claro, no lo soy… hoy en día la gente prefiere hablar de su ombligo, de lo bien que lo pasan… y claro, yo eso no lo puedo compartir. Mis pasiones que se pierden en hojas de papel, la filosofía o en la música cuándo ellos en realidad buscan hablar de cualquier estupidez más mundana, más vulgar para mis gustos… no es culpa suya, es simplemente culpa mía. Todo es por mi culpa.

1 comentario:

  1. Una vez más no hay que fiarse de las apariencias. Ahora hay que dar a entender lo increíblemente bien que te lo pasas, los fiestones que te montas y lo que triunfas socialmente, y si no esta sociedad te considera un fracasado de mierda. Pero se puede estar muy solo rodeado de gente... al final ¿quiénes son amigos, la gente con la que sales de juerga? en última instancia uno siempre está solo, y la gente que está ahí de verdad y no sólo para cuando estás con el subidón únicamente pueden ayudar a sobrellevar los momentos bajos, que ya es bastante. Pero todo el mundo tiene problemas y, desde luego, detrás de la actitud del que se considera súper guay porque cumple con todos los estereotipos que le son impuestos, se esconden más complejos de lo que parece.

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