miércoles, 28 de abril de 2010

Vacío


Mírome al vacío que anida en mi corazón, esta al devolverme la mirada me hizo sentir terror y fascinación. De nuevo soy inmune al daño que las personas me pudieran provocar, pero a la vez el hecho de socializar con estas es una tarea imposible de realizar. Perplejo me he quedado en el momento de enterarme que estaba de nuevo encerrado en mí mismo, se había vuelto a activar aquel extraño mecanismo que creo en mi interior aquel insondable abismo. Quise preguntarme si dejar de sentir es algo de estúpidos o de listos… pero era imposible poderlo describir ya que no lo sentía, en el más puro y estricto sentido de la palabra cualquier psicólogo diría que estoy como una cabra. Pero me siento más… feliz? No, no siento; es más concreto decir: “tranquilo”.

Una tranquilidad que parece que me susurra y reza: qué no me importa lo que me pase, como si me cae un piano en la cabeza. Como si al pobre infeliz que pasa por mi lado le parte en dos un puto rayo, no me importa lo que le pase… por esas cosas ya no me rallo.

Como si me azotan con una vara, me rompen todos los huesos del cuerpo… creo que no me cambiaría la cara. Estoy vacío, y a pesar de que yo me río no se engañen: es una máscara para tratar de aparentar que sigo normal, pobres ingenuos los que crean que esa sonrisa es de verdad… tan solo se trata de un vulgar disfraz. Puedo ser cortés o cambiar a parecer un completo cabrón con tanta facilidad que me asombra, es esto lo que llaman “paz interior”? sea como se llame me hace sentir superior.

Mírome el reflejo que devuelve mi espejo y me deja pasmado como no había caído antes a pensar que solo soy un saco de huesos. Que antes de que me llegue a enterar ya estaré enterrado para que los gusanos devoren mi carne y pellejo. Que no soy nada, vacío… que no habrá risas ni lagrimas por mi fallecimiento. Algo que quizá a muchos les asuste, a mí me consuela el hecho de que no habrá gozo ni sufrimiento… que no soy nada. “Sí que lo eres” dirán algunos de los lectores y les respondo de ante mano: no me da la gana aceptar tal mentira. No me conocen ni comparten conmigo momentos de mi vida, así que ahórrense los consejos baratos y continúen leyendo este peculiar relato.

Que me gusta estar vacío, sentirme invulnerable a las acometidas que nos ofrece esta puta vida. Poder disfrutar más de mis actos sin tener que pensar en mi pasado, presente y futuro. Tener la frialdad de poder aceptar todas mis decisiones y mis pactos… de hecho ahora lo único que me levanta pasiones es la música, cosa en la que me voy a centrar. Que esto no significa que no vaya a sobrellevar mi vida, pero no se engañen al creer que volveré a confiar en un ser humano, estoy loco? Pues no hay vuelta atrás, siento que no pierdo… al contrario, que gano.

Porque estando vacío ya no se puede perder nada señores y señoritas, porque estando vacío ya no tengo que pensar en cosas feas o bonitas, simplemente en mí mismo. Y por mucho que lo he intentado no puedo desactivar este mecanismo. Me he cerrado en banda para proclamarme como único rey de mi personalidad… que le den por culo al resto de la humanidad. Qué acaso esas son palabras de un egocéntrico? De un monstruo? Perdónenme, pero aquellos que no son como yo no paran de hablar de su puñetero ombligo, de sus problemas… de cómo la vida les hace sufrir y les quema. Y que yo no voy matando a personas como hacen algunos críos de las noticias, entonces acaso no piensa que sus razonamientos no son enormes pifias? Que me siento bien así: Vacío, et c’est finie

1 comentario:

  1. Pues supuestamente es a lo que aspiran unas cuantas corrientes filosóficas: la ataraxia, el lograr no sentir nada, ni para bien ni para mal, en pro de esa paz interior de la que usted habla. No sé, tal vez mis instintos masoquistas me lleven a buscar una brizna de felicidad a cambio de cantidades ingentes de dolor, pero en mi opinión hay que seguir buscando, ya habrá tiempo luego de pudrirse en el Infierno...

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