El viento gemía haciendo volar su melena,
se estremecía como una hoja que luchaba por aferrarse a la rama de un árbol en
pleno otoño. El sonido que arranca cada uno de mis pasos al acercarme la hacen
volverse de repente, me observa... examina... mi sonrisa, el cruce de miradas.
Puedo notar como contiene su fascinación, jubilo que hace sonar esa melodía
acelerada de su pecho... My lady...
Mi cuerpo se mueve solo, siento
perfectamente a pesar de no tocarla como se estremece, siento su fragancia,
casi siento su sabor... en mi interior algo se enrosca, mi corazón está al
rojo... inconcebible la pasión que siento es tan intensa como la que ella
pudiera tener ahora mismo. ¿Qué me ha pasado? ¿Qué me han hecho? Siento una
intensa sed al acercarme a esa merced...
Sin darse cuenta de cómo ya estoy a su
lado, no intenta huir a pesar de ser un extraño, más no se rinde ante el
influjo al que la someto inconscientemente al mirarla, tan frágil pero tan
tenaz... eso despierta aun más mi apetito. Mas no puede evitar levantar su
brazo, ofreciendo su mano para corresponderla con un gentil y cariñoso beso de
mis fríos labios. Simple etiqueta pero a la vez un empujón para culminar la
entrega de mi oscuro amor.
-Solo un poco más, lentamente... cógela,
siéntela, huélela… antes de saborear su esencia-
Lánguidamente me corresponde el abrazo
que la entrego, entre los carnosos labios surge un gemido al notar como penetro
la carne hasta llegar a la carótida con mis colmillos, dejando escapar su vida
a la par que las lagrimas que surgían de sus ojos… no sufrirás, tranquila… aun
no. No ha llegado tu hora todavía, un poco más. Disfruta del beso que te estoy
dando, como yo disfruto y doy las gracias de cómo entregas tu vitalidad... Cada
día, minuto… segundo pasando a mi lentamente con cada latido, mi dulce muchacha...
¿quién iba a decir que por una tontería esto tendría que acabar así?...
Ahora estas vacía, como mi alma. Te
observo tendida y casi siento como mi corazón aun late como si estuviera
bebiéndote... una luciérnaga que brilla hasta desintegrarse, solo yo recordare
tu dulce y espectacular brillo, el aura de pena que te rodeaba y como pude
devolver a tal precio a tu rostro la expresión del éxtasis y el gozo... adiós
linda
-Comenzar a caminar, de nuevo lentamente...
recuérdala, glorifícala, saborea su tenaz vitae recorriendo tus venas, siente
esa pasión ferviente...-
-El infierno aviva sus llamas y espera tu
llegada, engañando ese destino con cada vida tomada... con su vida robada- Ah, ¿qué será de este lugar ahora que tu luz
se ha extinguido en mi interior? Despiertas a medianoche en la alcoba, somos
los únicos que huelen su perfume y sabor. Palabras a una pieza y presa sabrosa
del monstruo que su vida arrebato- El cielo estalla en llantos cuando te recibe
el Señor, el pecado de un amaranto por el que suplico perdón.
-Tranquilo, solo una muerte más… solo un
cadáver que nadie recordara. No te apures, no flaquees tampoco... que la
alegría no se vaya por un pozo... no lo niegues, solo te sientes vivo cuando
esa sangre obtienes...- ¡Oh Dios! -¿Horror al descubrir con insatisfacción que
esta tragedia la volverás a repetir?- ¿Qué es lo que he hecho? -Tranquilo, esto
es solo una minucia con lo que te espera...entonces es cuando desearas pudrirte
en el infierno y que tú alma se desvanezca entera- En una danza macabra me he
metido... sin saberlo en un asesino me había convertido...
Salisbury, Wiltshire. Año 1528 d.C.
23 de febrero, por segunda vez una impía
manada de animales atacó a uno de los rebaños de corderos de la finca de los
Stephenson, en pleno invierno se hace insólito que cualquier animal aventure a
abandonar el bosque para adentrarse hasta sus terrenos. Lo peor de todo es la
impotencia al observar como su ganado estaba siendo masacrado, ninguno de los
hombres que mandé a custodiar la zona escucho ni pudo hacer nada hasta que el
día siguiente descubrieron -con un enorme pesar y horror- los cuerpos de cinco
corderos. Lo más insólito del asunto era que los animales habían sido
destrozados, pero no había signo de que hubieran comido de ellos. He pedido a
Adam, un experto de la fauna de la zona que investigara estas pautas,
lamentablemente no me supo decir nada al respecto.
Peter, el cabecilla de familia de los
Stephenson esta aterrorizado. Teme sacar a pastorear a su rebaño, aterrorizado
de que pueda perder algún valioso espécimen más. Este insólito incidente que
eclipsa cualquier logro sucedido en estas tierras por mi familia me ha llamado
tanto la atención que decidiré vigilar las limitaciones junto algunos hombres
de confianza, esperando que si al menos logro abatir a la bestia por mi propia
mano pueda lograr lavar la honra de mi familia. Dios me tenga en gracia para
que no pase nada...
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