Solo recuerdo que esa noche fuimos a divertirnos tranquilamente. Abel,
yo y Ramón estábamos en el crápulas (y es el lugar es famoso por lo que se hace
aquí), escuchando un poco de música. Las notas de Dr. Dree flotaban en el aire
junto el dulce humo del cannabis. Estaba acabando mi segundo cubata cuando entraron
un grupo de chavales. No tenían pinta de gangsters (pronunciado en inglés en vez
de en español) ni una actitud similar, llegaron como todos para tomarse una
copa y pasarlo bien en comuna. El lio fue cuando un poco más tarde, ya caída la
noche pues uno de ellos se acercó. No puedo olvidar su aspecto, o sea, cómo es
posible olvidarse del aspecto de un tío al que se han cargado? Llevaba unas
reebok blancas, impolutas que con la luz negra brillaban a 2 kilómetros, además de unos vaqueros anchos, no me
preguntes la marca porque no ando mirando el trasero a los hombres, vale? La
camiseta de futbol americano parecía cara, qué desperdicio! Bueno, el caso es
que empezó a hablar a una de las chicas de buen rollo hasta que volvió el novio
del baño, y claro, el muy imbécil fue a hablar ni más ni menos con la chica del
que llevaba el cotarro del “tema” en el local, entiendes? En cuanto vio a la
chica tontear con el otro se puso como loco, en frenesí. Pedro? Pablo creo que
es su nombre, total. Pablo comenzó a zarandear al chico como un gorila alpha al
que le han desafiado (tenías que ver la vena que le salió en la frente y como
le temblaba con un tick su ojo derecho, demencial). El chico... claro, era
también fuerte y se libró de él, comenzando ya un intercambio de puñetazos
digno de Ali, lo chungo entonces fue cuando vinieron ya los amigos de Pablo para
ayudarle, vamos, no es que sea injusto... son sus matones y para algo los paga.
Pero se les fue la mano machacando al chico y aquello según he escuchado quedo
en muerte... vamos, que le dejaron en el sitio a golpes entre todos. Sus amigos
gritaban histéricos mientras los contenían otros fulanos a sueldo del tipo. Lo
más indignante fue que una vez recobró la compostura, Pablo no parecía
preocupado o arrepentido, el cabronazo se la sudaba finiquitar uno que cuatro.
Pero pasó de los amigos, simplemente los echó. Lo que no pensaba Pablo era lo
que se le iba a echar encima más tarde... fue después de irnos todos nosotros
(quién se va a quedar tras ver la pelea en la que dejaron a uno tieso?) porque
todos esos amigos estaban esperando a Pablo, cuando fue al coche le cogieron a
él y a uno de sus socios de por banda... y bueno, ya te lo puedes imaginar...
acabaron como cromos. Desde entonces se acabó para nosotros volver al
“crápulas”.
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