martes, 30 de agosto de 2011

conciencia

No es acaso nuestra propia conciencia el infierno

Que transforma cualquier recuerdo tierno

En una tortura al recordarse un error del pasado

Y nos hace sentir que en la vida hemos fracasado

Y qué clase de redención alcanzara nuestra alma

Para poder descansar en paz, para recobrar la calma

Y buscamos esas palabras, esa voz que nos dé el perdón

Pero en esa búsqueda olvidamos esa misma situación

Que nos metió de bruces con ese problema

Y volver a repetir ese mismo sistema


No es acaso el amor un arma de doble filo

Que nos mantiene siempre atentos, en vilo

Para después descubrir que todo fue una ilusión

Y de vuelta a comenzar esa misma canción

Y de vuelta volvemos inconscientes a caer

En esa lista de cosas pendientes a prometer

Como el poder encontrar el verdadero amor

Volando solitaria la abeja de flor en flor

Hasta que cae sobre la espada sobre nuestra cabeza

No lo aprendimos con Damocles y no se podrá sin esa certeza


De que todo es una vulgar quimera

Un producto de nuestra propia sesera

Y suenan a palabras de un amargado

Las palabras de alguien que ha mirado al acantilado

Las palabras de un simple loco

Unas palabras que sofoco

En mi retorcida cabeza, en mi rota mente

Propias de alguien que esté demente

Pero con la intención de dar un sabio consejo

Algo que dejaría a cualquier inocente perplejo


No tengas conciencia

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