
No es acaso nuestra propia conciencia el infierno
Que transforma cualquier recuerdo tierno
En una tortura al recordarse un error del pasado
Y nos hace sentir que en la vida hemos fracasado
Y qué clase de redención alcanzara nuestra alma
Para poder descansar en paz, para recobrar la calma
Y buscamos esas palabras, esa voz que nos dé el perdón
Pero en esa búsqueda olvidamos esa misma situación
Que nos metió de bruces con ese problema
Y volver a repetir ese mismo sistema
No es acaso el amor un arma de doble filo
Que nos mantiene siempre atentos, en vilo
Para después descubrir que todo fue una ilusión
Y de vuelta a comenzar esa misma canción
Y de vuelta volvemos inconscientes a caer
En esa lista de cosas pendientes a prometer
Como el poder encontrar el verdadero amor
Volando solitaria la abeja de flor en flor
Hasta que cae sobre la espada sobre nuestra cabeza
No lo aprendimos con Damocles y no se podrá sin esa certeza
De que todo es una vulgar quimera
Un producto de nuestra propia sesera
Y suenan a palabras de un amargado
Las palabras de alguien que ha mirado al acantilado
Las palabras de un simple loco
Unas palabras que sofoco
En mi retorcida cabeza, en mi rota mente
Propias de alguien que esté demente
Pero con la intención de dar un sabio consejo
Algo que dejaría a cualquier inocente perplejo
No tengas conciencia
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