sábado, 18 de septiembre de 2010

Detroit nocturna II


Grand Rapids, 24 de diciembre del 2009. Oficinas centrales de la General Motors

Las oficinas aun permanecían encendidas a pesar de las horas nocturnas. Los pocos ejecutivos privilegiados con poder permanecer en aquel lugar gozaban de las más altas exquisiteces en la decoración. Lamentablemente aquella enorme mesa de nogal, los asientos tapizados en cuero, incluso los lienzos y esculturas que adornaban el sitio fueron eclipsados por el cielo nocturno teñido de naranja debido a los pocos edificios que aun ardían en el otro extremo de la ciudad. A pesar de eso, Francis había elegido ese emplazamiento porque lo único que conseguía superar aquella decoración eran sus medidas de seguridad, algo que valoraba por aquella intrusión del Sabbat la noche anterior

O se trataba de un aficionado más ,se consideraba a sí mismo un especialista en el caos, aquella figura delgada de rasgos afilados mostraba su faceta más idónea y agradable de cara a los demás, los acontecimientos del día anterior eran la comidilla y llegó a la hora acordada a la reunión al lugar que rebosaba de buen gusto, y tan seguro como un castillo ,se identifico, e ingreso con el resto, algunos le conocían con el nombre de Bane, el más antiguo de los nombres del primogénito Nosferatu.

Una mujer de estatura media, de cabellos negros y ondulados, que pendían de un moño bien peinado y una especial vestimenta que delataba un buen gusto y refinamientos entró antes de la hora convenida en el lugar. Acostumbrada a adelantarse unos minutos a las citas importantes, como aquella, y se entretenía observando la exquisitez de los diversos lienzos y obras de arte de la sala mientras esperaba a que todos llegaran para tomar el asiento que le correspondía como jefa, la única líder femenina en ese concilio. Ante las enormes puertas de Caoba ennegrecida fue llegando el resto de los invitados, Maxwell fue el primero, con su impoluto traje y una curiosa gabardina por encima para poder cubrirse de las pequeñas pero duras inclemencias del tiempo. Con una sonrisa de tiburón dirigió una mirada hasta todos los invitados para ir saludándolos. Francis odiaba aquel gesto, pero dios sabe que pudiera estar pasando por la cabeza de aquel lunático. Tras depositar la gabardina en una percha remachada en bronce se sacudió su cabello rubio y tomo asiento.

Mientras cada cual tomaba asiento Bane empezó el intercambio de cortesías entre uno y otro, él repartía su tarjeta de forma cordial, hacia bien su papel, igual que todos, las miradas era suspicaces y los comentarios hirientes, era una reunión de chacales, una vez que encontró un sitio los lideres empezaban a desfilar, esto hizo volcar su atención a aquel desfile. Arabelle, la representante del clan Toreador se despojó de un abrigo de pieles grises y negras, lujoso, igual que toda su vestimenta, debajo llevaba un vestido de noche rojo, siempre se preocupaba muchísimo de su aspecto, y a ese vestido rojo y largo, le acompañaba un maquillaje conjuntado también de labios rojos y sombras de ojos blancas. Entregaba su mano a los que la saludaban, haciendo gala de una educación igualmente exquisita, lo cual no se reñía con su voluntad de aplastar a cualquier amenaza de la camarilla, su clan no podía permitirse perder absolutamente nada, y fuera lo que fuera lo que daba pie a ese cónclave, estaba claro que debía ser grave.

Una vez se finalizaron formalmente los saludos de todos los presentes el príncipe dirigió de nuevo su mirada hasta el centro de la mesa, los ojos verdes parecían centellear por una rabia hábilmente disimulada ya que ningún otro rasgo de su rostro indicaba tal sensación. Como si cargase de un enorme peso se irguió para sentarse y dejo escapar un leve tosido falso para poder comenzar a charlar --lamento enormemente el hecho de haberles reunido sin asunto previo hasta este lugar, pero goza de la atención de todos los presentes ya que nadie le va a gustar esta noticia...--antes de que comenzasen a preguntar siquiera alzo su mano para poder proseguir --...permítanme informarles que con la ayuda de su merced Bane y algunos de mis chicos de que los incendios que se ocasionaron la noche anterior fueron provocados--

--El asunto huele a chamusquina...-- dijo Bane y se puso en pie, regalando una mirada junto una media sonrisa a los presentes, volvió la mirada al que le dio la vez para ajustarse el nudo de la corbata --está vez seremos especialistas los que nos encargaremos de hacer las cosas como se deben..-- dijo en voz suave, pausado.

La líder Toreador dirigió una mirada interrogativa hacia el Nosferatu, ¿qué habría querido decir, tan grave era? Esperó en silencio que el príncipe lo aclarara, puesto que era, como muchos artistas, taciturna, a no ser que se tratara de recitar poesía. Andrei alzo su labio para enmarcar un gesto de disgusto que fue más agravado con su mirada de ojos oscuros y penetrantes. La chaqueta se alzo un instante cuando con un sonoro golpe apoyo enfadado las dos palmas de la mano en la mesa --No soporto que me digan lo que tenemos que hacer, no pienso agachar la cabeza ante este... este...-- no encontraba una manera más neutra de describir al líder nosferatu. Maxwell disfrutaba con aquel espectáculo de circo, los ojos azules del vástago se movían para ir mirando primero a Bane, a Andrei por su pataleta barata de "no pienso aceptar ordenes" y finalmente a Francis, el cual esperaba con sus manos entrecruzadas a que terminase el líder de los brujah --Andrei, no hemos dicho tal cosa... tú también vas incluido, es el motivo de la reunión. Siento comunicarte que tus chicos y tú vais a tener más problemas que lo de esta noche ya que sospechamos que el Sabbat ha intentado un ataque--

Aquel momento fue crucial, como en toda exposición, las miradas se cruzaron, silencios incómodos que parecían eternos antes de dar una contestación, pero es parte del juego y había que mantener el lance, Bane se llevo las manos a los bolsillos ,se inclino la espalda hacia atrás y volvió a mirar a los demás ,buscando miradas de simpatía... una vez que Francis abogó por él añadió --cumpliremos los plazos previsto-- tras eso el nosferatu hizo un gesto con su mano ,como si se tratara de un trámite. Arabella interrumpió el silencio y atajó las rencillas que Bane había provocado son su usual indiferencia, acusando una mirada de ojos negros, furibundos, hacia él. --El nosferatu...-- Inquirió, con una voz portentosa --…debería explicarse-- Añadió, con una sonrisa. El asunto la incomodaba tanto como a los demás, pero haciendo gala de la diplomacia, por el momento, se mantenía en una posición un tanto distante aunque inquisitiva, disimulando la irritabilidad que había provocado en algunos líderes.

Francis mantenía fija su mirada en Andrei, los ojos verdes del príncipe ardían con más furia y dotaban de una severidad velada a su rostro, lo suficiente como para apaciguar al líder brujah para que guardase silencio y dejase que continuase Bane. Maxwell, a ser partícipe de tal situación no pudo evitar dejar escapar una risa en voz baja, ahogada por su mano --Señores-- mecánicamente Bane miro a unos y otros mientras respondía --no deberíamos sacar de madre este asunto, sabemos de donde vendrán las avanzadas ,es lo nuestro la información y puedo facilitar incluso una ciudad a vuestras mercedes Detroit, tenemos los medios, podemos contener o anticiparnos ,la operación está bien atada-- les regaló una sonrisa casi cerrando los ojos antes de finalizar. La expresión del príncipe entonces cambio, entrecerró su mirada para dejar ver una media sonrisa en su rostro mientras hablaba a Andrei --esto es una proclama por vuestra propia seguridad, el sabbat quiere esta ciudad. Se lo pondremos difícil...-- La presencia del príncipe parecía reconfortante, una sensación de seguridad invadía a los presentes mientras se alzaba y empezaba a explicar sus ideas.

--Andrei, muchos de los tuyos han reclamado su propio territorio y creo que es momento de probar que son merecedores de tal. Con la ayuda de algunos de mis empleados...-- aquel término era un subterfugio para indicar que utilizaría a una de las familias del crimen con las que mantenía influencia indirecta --... según tengo informado tú también cuentas con esa clase de mano de obra... cierto? has pensado en expandir los negocios en Detroit con ayuda de tus chiquillos?-- Todo aquello resultaba perturbador para Arabelle, un cónclave en el que el príncipe apenas aportaba información y un nosferatu que parecía saber más de la cuenta. Sabía que a la camarilla le resultaba de gran interés los hilos mediáticos con los que contaba su clan, amén de las redes informativas de que disponía, en especial a plena luz del día, sin levantar sospechas, personajes influyentes del arte, pedagogos respetados, etc. Antes de mover el culo, quería tener los cabos bien atados. --¡No!-- Interrumpió la conversación, señalando al nosferatu --Que pruebe lo que ha dicho o de aquí nadie se mueve-- Podía permitirse el lujo, a sabiendas de que Andrei y posiblemente algunos más se iban a sentir de pronto incitados por esa luz presencial que irradiaba Arabella, apoderándose de la atención de todas las miradas con su especial presencia

Ante aquello Lucio extendió el brazo, su dedo índice permanecía en alto como si estuviera pidiendo previo permiso para contestar aquella petición de Arabella --sin duda, si me permiten les mostrare una peculiar prueba que nos trajo una de nuestros adorables "periquitos"-- El “doctor” entonces cogió un objeto debajo de la mesa, se trataba de un estuche negro, forrado de piel negra. Parecía un antiguo kit de cirujano, al abrirlo saco una cabeza decapitada, respondiendo con un peculiar deje de acento alemán. --es curioso lo que puede ser de utilidad el mantenimiento de nuestras peculiares mascotas-- Francis le devolvió una mirada, en su mente estaba pasando su respuesta silenciada nada agradable "lo que demuestra que una pequeña molestia puede acabar con otra pequeña molestia" debido a las rupturas de mascarada de esos "periquitos". El líder Tremere proseguía mientras tanto con su pequeña intervención de la cual parecía disfrutar --si se fijan os mostrare un pequeño detalle...-- Acercándose con la cabeza en su mano hasta el enorme ventanal de la sala --...pueden ver mi reflejo, verdad?-- Y en efecto, se podía ver el reflejo del vástago, en cambio el de la cabeza no existía... un rasgo peculiar de los lasombra. Bane dio una sonora palmada una vez enseñado los argumentos que pidió ella, trato de no mirarla cuando exigió las pruebas, no era pertinente el desafió, y espero en su rincón, por si tenía que volver a declarar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario