
No se deje engañar: no existe redención
Las horas se ciernen,
Y el cielo se tiñe de azabache
Para anunciar el final del día y de la vía
No se deje reducir,
Que a la hora de vivir
Es mejor hartarse
Antes de que se cierre el grifo,
Antes de que cese el manantial de la vida
No se deje tranquilizar
Que no queda ya apenas tiempo,
Del ambulatorio al cementerio.
Es mejor embriagarse con la existencia
Antes de que se dé por pérdida
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