Exiliado del mundo, no soy bien recibido
Ahogado entre los recuerdos del pasado
Me sigo preguntando en que he fallado
Tan solo una voz, una plegaria, una respuesta pido
Temo que es demasiado, no?
En mi imaginación aun bailamos nuestra canción
Sombras chinescas de la memoria
De una lejana historia que trato de olvidar
La sonrisa de un monstruo reflejada en el espejo
El rostro y la mirada forjada por el fracaso y la soledad
Los gritos de la conciencia aseguran que no podré escapar (o mejor dicho, poder regresar)
Y a lo lejos, tu rostro, tu sonrisa, tus ojos, tu cabello, tus labios
“Ad accedendum ad caelum, terram fodere opportet”*, decía el sabio
Pero yo prefiero cavar para poder olvidar
Prefiero olvidar para poder descansar
Prefiero descansar para reunirme contigo en sueños
Y de nuevo sentirme el señor de este mundo, su dueño.
Y es que “si me dieran a elegir entre mi mundo y tú, elegiría mi mundo porque mi mundo eres tú”**
...Demasiado tarde para un exiliado...
* Fréderic Lenoir, “Ad accedendum ad caelum, terram fodere opportet” (Para acceder al cielo hay que cavar la tierra)
** No sé de quién es esta cita, la vi escrita en un bar al que solía frecuentar y aparece en internet, pero no su autor
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