Nunca va con
prisa,
Ni la avaricia le
vicia.
Con las drogas o
el parné,
Viviendo como un
marqués,
Aunque no hay
celestina
Que se fije en él.
Más salado
Que la sonrisa de
un niño.
Invitando a una
copa,
Lanzando un guiño
A cualquier
damisela
Que se arrime a
él.
Y su suerte no es
su fuerte,
Es novio de la
muerte
Sin ser legionario
Cuando a diario
Esquiva puñaladas
De los que no
dan la cara
Y se echan a
correr.
Jugador de chicas
Y no del mus
precisamente
“El as de picas”
Le llama la gente
Porque por muchas
penas
No hay condena
Que le robe su
sonrisa
Ni la luz a su
cornisa.
Y sus labios dicen
“hola”,
Mientras tus ojos
le dicen “adiós”.
No será el final
de la historia,
Solo su continuación.
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